ORIGENES DE LA
DEVOCIÓN
E ICONOGRAFÍA DE
LA
VIRGEN DE
LAS NIEVES
Cuenta una piadosa tradición que en la ciudad de Roma,
en el s. IV, siendo Papa S. Liberio y emperador Constancio, la Virgen Santísima
inspiró a unos buenos y ricos patricios que levantaran una iglesia en el lugar
que encontrasen cubierto de nieve
precisamente en los días de mayor calor
en Roma.
Aquel lugar fue el monte
Esquilino y sobre el se levanta la
Basílica de Santa María la Mayor. Desde entonces la Iglesia celebra cada 5
de Agosto aquel milagro de la Virgen, bajo la advocación
de la Virgen
de las Nieves o de la
Virgen Blanca. De Ella dijo Quevedo:
“Del Sol, aunque siempre Blanca,
no me ofende del arrebol,
porque me conoce el Sol”.
.
Con estos versos, el poeta no solo hace
referencia a la maternidad virginal del hijo de Dios, sino a la inmaculada
concepción de la Virgen María.
Y es que durante toda la edad Media y parte de la edad Moderna esta fiesta estuvo ligada al entonces
misterio concepcionista.
DEVOCIÓN A LA VIRGEN DE LAS NIEVES EN LORQUÍ
La
devoción a la Virgen
de las Nieves es, igualmente, muy antigua. La imagen se veneraba en su ermita
propia erigida sobre el cabezo de Escipión[1]. Tuvo tierras propias con
cuyas rentas se mantenía el templo y se costeaban sus fiestas de agosto.
Sabemos que en las mismas se celebraba misa con predicación y conocemos los
emolumentos cobrados por los predicadores gracias a las anotaciones existentes en el libro de fábrica propio.
Según Lisón las tierras sobre las que se elevaba la ermita pertenecían a Diego
Barba Valenzuela en las postrimerías del S. XVII. Poco sabemos sobre el
fundamento ilorcitano de esta devoción. No es nada común en nuestra provincia.
Ricardo Montes en el libro que coordinó sobre los 200 años de la terminación
del templo parroquial de Lorquí, apunta que es patrona de la pedanía ceheginera
de El Escobar. Sin embargo si ampliamos
nuestro marco geográfico a la antigua diócesis de Cartagena y antiguo reino de
Murcia nos encontramos con numerosas imágenes de la Virgen de las Nieves en la
actual provincia de Albacete. En relación con estos últimos datos podemos
observar la común pertenencia de Cehegín y Lorquí a la orden santiaguista y que
la familia de D. Diego Barba Valenzuela procedía de Lietor[2], villa que también fue
solar de los caballeros de Santiago y de la que fue patrona la Virgen de las Nieves con
anterioridad a la Virgen
del Espino y la actual del Carmen.[3] En relación con la ermita
sabemos de sus características por la descripción de Lozano en 1794[4]. Se trataba de un cuadrilátero
casi perfecto de 17 metros
de lado y tuvo una vida accidentada. Podemos anotar la reparación de 1680 en la
que se cimbraron los arcos, se enladrilló y se retejó. Todo por un coste de
1680 reales.[5]
35 años después el visitador ordena trasladar la imagen a la parroquial y
demoler la ermita por su mal estado. Sin embargo, en 1717, el obispo Belluga,
tras visitarla, anula el derribo. Dos años después, en una nueva visita
episcopal, manda “Que se inicien las obras de restauración de la ermita con los 600
reales del superávit del año anterior y con las rentas futuras del
arrendamiento de la pieza de la virgen. Y que no se haga fiesta a la Virgen hasta la total
reedificación de la ermita”[6]. Cien años después, en
1823, el obispo Antonio de Posada Rubín de Celis es recibido en la ermita y su
aspecto era deplorable[7]. No obstante se mantuvo
hasta las primeras décadas del silgo XX y los fieles seguían subiendo cada 25
de marzo para el Rosario de la Encarnación.
Finalmente, anotar, que los pequeños edículos de las
estaciones del Vía Crucis partían de esta ermita y finalizaban en el cabezo de
los Pasos (actual mirador de la ermita) donde se encontraba la ermita del Santo
Sepulcro[8].
Respecto
a la imagen nada sabemos sobre su autor. En el ya precitado libro de fábrica
propio hay anotados varios gastos sobre la misma: en 1675 se le hace “un manto
de tafetán color caña y (….) con guarnición”, en 1695 el pintor lorquino José
Mateo pinta un cuadro de la
Virgen de las Nieves, presumimos que para la parroquial.[9] En 1721, el obispo Belluga, de nuevo en
visita pastoral, manda que se retoque la imagen de Ntra. Sra. de las Nieves, cosa que hizo el pintor murciano Juan
de Escobar.[10] Nada sabemos sobre la imagen y su devoción en
lo que resta del setecientos y durante todo el ochocientos. Tenemos nuevas
noticias en el primer tercio del XX, ya en el templo parroquial, con descripciones
de la imagen en todos los inventarios anteriores a 1936[11]. La efigie se veneraba en
el altar mayor, sobre una ménsula a la izquierda de la hornacina central. Se
trataba de una imagen de bulto redondo, en madera policromada y estofada. Su
tamaño era inferior al natural y portaba
al Niño Jesús en su brazo izquierdo. Se conserva una fotografía borrosa de los
años 20 del pasado siglo en la que se aprecia una escultura de caracteres
barrocos. Fue destruida en 1936. No sabemos cuando perdió el patronazgo a favor
de la Virgen
del Rosario. Intuimos que perdidas sus rentas tras la desamortización, y sin
mayordomía o cofradía que se encargase de su culto, las fiestas dejaron de
celebrarse y la devoción decayó[12]. Quizás, por esto, no
contamos con un simulacro de Ntra. Sra. de las Nieves entre las reposiciones de
posguerra. Habrá que esperar hasta 2002 para que se encargue la efigie actual,
de vestir y tamaño académico, al imaginero de Guadalupe Francisco Liza Alarcón.
Ese mismo año fue bendecida y proclamada patrona de la pedanía ilorcitana de
Los Palacios Blancos.
[1] Libro de fábrica de la
Ermita de Ntra. Sra. de las Nieves. 1664-1724. Archivo
parroquial de Santiago Apóstol de Lorquí.
[2] D. Diego Barba
Valenzuela era hijo de Esteban Barba Valenzuela. Fue escribano de Archena y
aparece como el mayor propietario entre los seculares en el Catastro de Ensenada.
Casó con Rita Moreno, también de Archena.
[4] “…los lienzos de su pared
seas tapial de cal, no obstante sus cimientos son enteramente romanos. La
argamasa petrificada, chinas, pelotones que se mezclan y su diámetro quasi de
cinco palmos no dexan la menor duda. Todo es un cuadrilongo perfecto como de
cinco varas. La muralla que guarnecía este cuadro no existe ya; pero la
conocieron algunos de los naturales…..”.
[5] La carpintería la realizó Pablo Marín, carpintero
de Molina, y las tejas se bajaron por el río desde Archena. Que se inicien
las obras de restauración de la ermita con los 600 reales del superávit del año
anterior y con las rentas futuras del arrendamiento de la pieza de la virgen. Y
que no se haga fiesta a la
Virgen hasta la total reedificación de la ermita.
[6] Libro de fábrica entre 1664 y 1722. Archivo parroquial de
Santiago Apóstol de Lorquí
[7] Archivo parroquial de Santiago Apóstol de Lorquí.
[8] “Lorquí todo es antigüedades, el suelo del pueblo, por donde cruzan visibles las argamasas, los
cimientos de la ermita fabricada en el monte llamado Scipión; los dos castillos
que se miran frente a frente en dos montes bastante elevados y que hacen como
una garganta para entrar en Lorquí por su norte. (………………..) Algunas pequeñas
ermitas o pasos del Vía Crucis llegan hasta la eminencia, y su obra, aunque
reciente se ve quaxada de pelotones embutidos en argamasa romana”. LOZANO,
Dr. D. JUAN: Bastitania y Contestania del Reyno de Murcia con los vestigios
de sus ciudades subterráneas. Murcia. 1794
“Breves nociones
históricas de Lorquí”. D. José Pelegrín. Revista El Centenario. Lorquí. Septiembre
de 1927.
[9] José Mateo Ferrer,
entendido además en nivelar cauces de agua, era un pintor elegante, aunque de
dibujo descuidado. Falleció en la
Ciudad del Sol en 1700 y la mayor parte de su obra está en el
santuario lorquino de la Virgen
de las Huertas. Ricardo Montes Bernárdez (coordinador) “Historia de la Iglesia de Santiago
Apóstol de Lorquí.”. 1999
[10] Entre otras cosas también ordenó “que el cura enseñe la doctrina
cristiana a todos los niños y niñas los domingos después de Misa Mayor (bajo
pena de 6 RR. de multa por cada Domingo que dejara de hacerlo). Que se den tres
toques para llamar a misa, el primero media hora antes. Que visite a los
enfermos y les ayuda a bien morir. Que diga la misa de 9 a 10 y cuando sea tiempo de
simiente la diga a la hora que mejor convenga a los vecinos. Que se de a un
muchacho que asiste a la iglesia 20 RR cada año, un par de alpargatas y una
sotana. Que el Sto. Cristo que está en la sacristía sea enterrado y se haga uno
nuevo para los rosarios de la
Aurora y que se retoquen las imágenes del Sto. Cristo grande
y de Ntra. Sra. De las Nieves. Lo hizo el pintor murciano Juan de Escobar por
188 RR y también pinto un Sto. Cristo para el púlpito. También manda que se
hagan dos escalerillas de madera teñidas de negro para el Desenclavamiento.”
Que se inicien las obras de restauración de la ermita con los 600 reales del
superávit del año anterior y con las rentas futuras del arrendamiento de la
pieza de la virgen. Y que no se haga fiesta a la Virgen hasta la total
reedificación de la ermita.
[11] Inventarios de 1913, 1914, 1919, 1921, 1925,
1930 y 1935.
[12]
En los dos documentos del XVIII con
referencias a las mayordomías existentes en Lorquí no se menciona la existencia
de una mayordomía o cofradía de la
Virgen de las Nieves. En la anotación de 1755 se nombras las
cofradías del Stmo. Sacramento, Ánimas Benditas, Virgen de los Remedios y
Virgen del Rosario. En la supresión de 1770 a las cuatro “mayordomías” anteriores suma la de S. José.