Cofradía de S. Juan Evangelista








Juan significa: "Dios es misericordioso".


Este apóstol tuvo la inmensa dicha de ser el discípulo más amado por Jesús. Autor del cuarto evangelio, el libro del Apocalipsis y de las tres cartas del Nuevo Testamento que llevan su nombre.
Nació en Galilea. Era hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor. Su oficio era el de pescador. Parece que fue uno de los dos primeros discípulos de Jesús, junto con Andrés. Los dos eran también discípulos de Juan Bautista y un día al escuchar que el Bautista señalaba a Jesús y decía: "Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo", se fueron detrás de Él. Jesús se volvió y les dijo: "¿Qué buscan?". Ellos le respondieron: "Señor: ¿dónde habitas?". Y Jesús les dijo: "Vengan y verán". Y se fueron con él y estuvieron en su compañía toda la tarde recibiendo sus enseñanzas. Durante toda su vida, jamás Juan podrá olvidar el día, la hora y el sitio en que se encontró por primera vez con Jesucristo. Fue el momento más decisivo de su existencia. Juan, para cumplir el mandato de Jesús en la cruz, se encargó de cuidar a María Santísima como el más cariñoso de los hijos. Con Ella se fue a evangelizar a Éfeso y la acompañó hasta la hora de su gloriosa muerte. El emperador Dominiciano quiso matar al apóstol San Juan y lo hizo echar en una olla de aceite hirviente, pero él salió de allá más joven y más sano de lo que había entrado entonces fue desterrado de la isla de Patmos, donde fue escrito el Apocalipsis. San Epifanio dice que San Juan murió hacia el año cien, a los 94 años de edad. Sus emblemas son el águila por su visión mística elevada y un libro por sus escritos llenos del Espiritu Santo. 
  Jesús le llamo cuando tenía unos 17 años. Juan estaba remendando las redes para ir a pescar al mar de Galilea con su hermano Santiago.
Ambos formaron parte del grupo de los doce apóstoles.
Juan fue el discípulo más joven y el más querido por Jesús. Siempre estuvo junto a Él  y en la Última Cena recostó su cabeza en el pecho de Jesús mientras  hacía la bendición del pan y el vino y se los dio a comer a todos, para que lo recordaran siempre.

Juan también nos cuenta como Jesús  lavó  los pies a  todos sus amigos y les dijo un Mandamiento muy importante: que se quisieran todos mucho y que quisieran mucho a Dios, igual que Él les enseñó. Era Jueves Santo.

El Viernes Santo fue el día en que Jesús murió en la cruz. Juan fue el único discípulo que estuvo junto a Él acompañando a la Virgen María  y desde ese día es la mamá de todos nosotros también.

Unos años después escribió la historia de su amigo Jesús en un evangelio para que nadie la olvidara,  además de tres epístolas y un libro llamado el Apocalipsis.

Vivió muchos años. Y cuando era muy viejecito, aún recordaba las palabras de su amigo Jesús: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”.

          

110 AÑOS DE SAN JUAN EVANGELISTA EN LORQUÍ 

Ahora nos gustaría darle información sobre la presencia de San Juan Evangelista en la devoción popular ilorcitana y nos gustaría que ustedes situaran la imagen que se venera dentro de la tradición murciana que les acabamos de presentar.
La incorporación del apóstol S. Juan a nuestros desfiles de Semana Santa es, relativamente reciente. No fue hasta 1903[1] cuando su imagen llega a nuestro pueblo.

Y lo hizo gracias a la generosidad del matrimonio formado por D. Antonio Asensio y Dña. Josefa Melgarejo que encargaron al escultor imaginero D. Manuel Carrillo García, casado con la ilorcitana Dña. Mercedes Marco Montejano, la efigie joánica.[2] La historia, contada por su nieta es la que sigue: su abuelo era un entusiasta de la Semana Santa. Solía ir a Murcia a ver las procesiones y se daba cuenta que en su pueblo faltaba S. Juan. Se lo comentó a su mujer y al párroco y decidió pedir por las casas para adquirir la imagen. A los pocos días en el pueblo se comentó que pedía y luego diría que lo había comprado él. Ante ésto devolvió a los donantes lo que habían aportado y compró con su dinero la nueva efigie. A la efigie del evangelista seguirán, otras adquisiciones, bien de particulares, bien de congregaciones: Niño Jesús Resucitado en 1905, Inmaculada Concepción en 1915, Sagrado Corazón de Jesús en 1919 y Cristo Crucificado en el mismo año.[3]
 La nueva imagen del santo evangelista ocupó en el templo parroquial la primera capilla de la nave de la epístola y tuvo un retablo que los inventarios de 1925, 1930 y 1935 describen del siguiente modo: “Retablo de madera pintado en blanco con nicho  y vidriera, una imagen de S. Juan Evangelista, de talla, tamaño natural, un sagrario (….) pintado en blanco. Dos sacras (…..), dos candeleros (….), dos búcaros de cristal con sus ramos de papel (…..), una cruz de madera (…..)”.[4] Efigie y retablo desaparecieron en 1936.
Tras la contienda civil española se recupera lentamente el patrimonio devocional ilorcitano. Así en 1947 el imaginero de Molina de Segura, D. Bernabé Gil realiza en pasta madera la nueva imagen de S. Juan Evangelista. La misma fue costeada por suscripción popular, así como  el trono de madera[5].  Tuvo un altar provisional con dos sacras donadas por Dña. Carmen Marco, dos búcaros con sus ramos y dos manteles grandes. Para la procesión y en poder de su camarera tenía veinticuatro bombas, cuatro túnicas en verde y encarnado y un estandarte de S. Juan pintado. La provisionalidad de esta mesa de altar duró 48 años. El mismo tiempo que tardó la capilla sacramental en renovar  el aparato lignario postbélico. En efecto el actual retablo joánico perteneció a la Purísima Concepción como lo delata el anagrama mariano que campea en el frontón superior.  Es de estilo renacimiento y fue sufragado por la asociación de las Hijas de María[6].
Consta de un solo cuerpo sobre banco y altar. Su centro lo ocupa la hornacina y los lados sendas pilastras de orden compuesto que sostienen un frontón triangular con el citado anagrama de María en su centro. Su anterior coloración azul fue sustituida por la actual en tonos marrones marmolizados; pilastras, aristas, embocadura del camarín y elementos ornamentales en dorado.  Fue colocado en la capilla de S. Juan en 1995 y sobre el frontón se le colocó el cordero pascual sobre el libro de los siete sellos que estuvo coronando el antiguo sagrario de la capilla de la comunión-inmaculada y que hoy, sin este motivo, se encuentra en el altar de Ntro. Padre Jesús Nazareno. Siete años después la cofradía, animada por el párroco del momento D. José Prior y con la ayuda tanto de la parroquia como del ayuntamiento, sustituyó la muy deteriorada efigie de Bernabé Gil por otra imagen tallada por D. Francisco Liza Alarcón. Es un S. Juan de gran envergadura, tallado en madera de cedro, estofado y encarnado, siguiendo la línea salzillesca de su autor, pero dotado de una fuerte personalidad gracias a su formidable testa de gran expresividad. La talla es muy minuciosa logrando un gran dinamismo y naturalidad en todo su cuerpo


[1] En concreto el 5 de abril de 1906, Domingo de Ramos. La nota de prensa se publica dos días antes, Viernes de Dolores, 3 de abril.
[2] La nota de prensa en el periódico “El Liberal” de Murcia de 3 de abril de 1903 reza así: “El domingo de Ramos será conducida procesionalmente a esta iglesia parroquial desde la finca de este término titulada Santa Catalina de la Arboleda,  propiedad del Señor Servet, (.....) un hermoso S. Juan construido por el afamado escultor Manuel Carrillo que procedente de Valencia tienen su residencia en la villa de Villanueva del Río (Murcia). (……) el S. Juan es costeado por el vecino de este pueblo D. Antonio Asensio y por su esposa Dña. Josefa Melgarejo, cuyo matrimonio también han costeado un estandarte que presida en las próximas procesiones de Semana Santa la imagen de su propiedad. A la traslación al templo parroquial acudirá todo este vecindario en compañía de la banda de música de la villa de Alguazas. La bendición se hará en la citada propiedad de Sta. Catalina, donde serán traídas por los fieles, acompañamiento que presidirán las autoridades de nuestro pueblo y el cura párroco con capa pluvial. En el trayecto de la procesión serán disparados infinidad de cohetes y a la entrada en la iglesia una grandiosa traca. Las calles por donde tiene la entrada estarán engalanadas con colgaduras y arcos de follaje”.
[3] Cinco años (1898) antes D. Gregorio García Gil y su esposa Dña. Josefa García Visedo habían adquirido para su oratorio partícula la imagen de un Sagrado Corazón de Jesús.
[4] Inventario de 1935. Archivo parroquial de Lorquí.
[5] Inventario de 1952. Archivo parroquial de Lorquí.
[6] Inventario de 1952. Archivo parroquial de Lorquí.

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